lunes, 3 de marzo de 2014

Ensayo: La conexión líquida

Desde la creación de la World Wide Web en 1992 (Alarcón & Lorenzo, 2012), diversas plataformas, espacios y aplicaciones se han venido desarrollando con el fin de conectar a las personas a través de ese mundo virtual que rompe las barreras del tiempo y del espacio a través de la inmediatez y practicidad. En el presente ensayo se hablará sobre la tecnología, el Internet y las Redes Sociales Virtuales con el objetivo indagar sobre las consecuencias, positivas y negativas, que esas herramientas han tenido en las relaciones interpersonales de sus usuarios.

De acuerdo con un artículo de CNN México basado en las estadísticas publicadas por el profesor del Wheaton College, Marc Cortés, 9 de cada 10 usuarios de internet son parte de una red social; cada minuto ocurren 694,980 actualizaciones de estado, se suben 250 millones de fotos diarias y 9 de cada 10 usuarios de las redes creen que los otros publican demasiadas cosas personales (Erosa, 2014). Esto es apenas una aproximación a todo el mundo de las redes sociales, sus cifras y sus dimensiones, sin adentrar en los daños colaterales que esa gran apertura puede tener en la vida y bienestar de las personas.

Con respecto al uso de la tecnología y el Internet, el filósofo Marshal McLuhan en su libro El medio es el mensaje: Un inventario de efectos, afirma que  “los medios, al modificar el ambiente, suscitan en nosotros percepciones sensoriales de proporciones únicas. La prolongación de cualquier sentido modifica nuestra manera de pensar y de actuar –nuestra manera de percibir al mundo-. Cuando esas proporciones cambian, los hombres cambian”. Sin duda alguna, la tecnología y el mundo virtual son una extensión de los sentidos, dentro de una plataforma multimedia que ofrece herramientas y experiencias infinitas. Es así que podemos afirmar que uno de esos cambios que los hombres han sufrido a partir de esto es el cambio en su forma de relacionarse.

Zigmunt Bauman nos dará la razón al afirmar, de forma preocupante, que “el advenimiento de la proximidad virtual hace de las conexiones humanas algo a la vez más habitual y más superficial, más intenso y más breve” (Bauman, 2007, pág. 87). Las relaciones ente los individuos son cada vez más débiles, hasta el punto en que se puede llegar a creer que es necesaria una herramienta virtual para lograr un contacto con las demás personas. Se confunde el significado de conexión, esa que requiere el contacto y el acercamiento humano, con una conexión intangible e hiperreal que más que unir, puede incluso polarizar. Crear lazos y vínculos con los demás ya no requiere mayor esfuerzo que el sentarse frente a una pantalla, frente a cualquier dispositivo con acceso a Internet y compartir contenido, recibir likes, shares, comentarios o cualquier tipo de retroalimentación por parte de aquél otro individuo que está sentado en su otro rincón, frente a su monitor o dispositivo que a su vez está conectado a Internet, ese mundo infinito de relaciones superfluas.

Esa multitud que cohabita en un espacio sin fin, con esa instantaneidad que lo caracteriza, su acceso ilimitado y sus atractivos audiovisuales son lo que pueden impedir hacer una pausa y pensar, consciente y comprometidamente, sobre ese nuevo estilo de vida, si así se le puede llamar, que las personas están adoptando y que puede ser confuso desde su naturaleza virtual, haciendo creer a los individuos que esa herramienta de la socialización es benéfica para las relaciones humanas. Baudrillard puede ayudar a aclarar esto en su libro La Ilusión Vital en donde afirma que cuando estamos dentro del espacio virtual “nunca estamos exactamente presentes ante nosotros mismos o ante los otros” y que de esta manera “no somos exactamente reales para el otro, ni somos siquiera bastante reales para nosotros mismos”. Estamos aquí y allá, con uno y con otro pero al mismo tiempo no estamos con nadie, no estamos en ningún lugar.

Sin embargo y siendo conscientes de los pros que la tecnología y la Internet también brindan a los usuarios, Bauman, en su libro Amor Líquido, hace una reflexión y concluye que “sería tonto e irresponsable culpar a los artefactos electrónicos por el lento pero constante retroceso de la proximidad personal (…). Sin embargo la proximidad virtual se jacta de tener ciertas características que en un mundo moderno líquido resultan sin duda ventajosas”.

Esas características son la soledad, la ansiedad, el vacío, la liquidez (haciendo referencia al concepto del mismo autor) y al constante e incesante movimiento y avance tecnológico. De cualquier manera, siempre defenderé la idea de que los seres humanos somos pensantes y contamos con criterio y libre albedrío que nos permiten tomar decisiones y distinguir aquello que nos beneficia y lo que no. La tecnología, las herramientas y los medios no pueden existir sin alguien que los utilice, la responsabilidad del uso que se les dé, recae directamente en los usuarios, no en el objeto. 


REFERENCIAS

Bauman, Z. (2007). Amor Líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. México: Fondo de Cultura Económica.
Baudrillard, J. (2002). La Ilusión Vital . Buenos Aires: Editorial Siglo XXI.
McLuhan, M. (1997). El medio es el mensaje: Un inventario de efectos . Buenos Aires : Paidós.
Alarcón, M., & Lorenzo, C. (2012, agosto). Diferencias entre usuarios y no usuarios de redes virtuales en la Web 2.0 . Retrieved from REDALYC: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=82323417003
Erosa, S. (2014, Febrero 27). Las redes sociales, ¿acaban con los amigos reales? Retrieved Marzo 1, 2014, from CNN México: http://mexico.cnn.com/opinion/2014/02/27/opinion-las-redes-sociales-acaban-con-los-amigos-reales

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